Tal vez parezca a primera vista un título con tinte optimista. En tiempos difíciles comenzar con un verbo en infinitivo como florecer, construido en base a una emoción positiva, nos invita a la acción, a pensar en cómo superar y trascender una adversidad e ir por más como líderes que somos.
En la historia de la humanidad éste es un momento particularmente desafiante, nos rodean emociones como miedo, pérdida, dolor, angustia; entonces ¿por qué los invito a pensar que es tiempo de florecer?
Los estudios en el campo de las organizaciones positivas nos revelan que mirar a través de lentes de posibilidad aún estando transitando en medio de la adversidad nos lleva a descubrir un nuevo potencial, nuevos patrones que emergen en nosotros y en otros.
En momentos como los actuales, ver posibilidades es saber que uno tiene la resiliencia para enfrentar la adversidad con creatividad y agilidad.
Florecer construyendo pequeños momentos significativos.
¿Qué es florecer en lo individual y en lo colectivo según este marco conceptual basado en la psicología positiva aplicada a las organizaciones?
Es un término que captura un estado óptimo de funcionamiento de individuos, grupos u organizaciones, con indicadores como prosperidad, compromiso, salud, crecimiento y creatividad así como otros relacionados al bienestar, vitalidad, felicidad.
Florecer requiere foco en dos aspectos en cualquier contexto particular:
- Creer genuinamente en el potencial humano en las organizaciones y la comunidad, para que las personas sean resilientes, comprometidas, energizadas y con capacidad de poner en juego sus fortalezas.
- Diseño intencional de prácticas que trabajen para movilizar conexiones, sentido y emociones positivas y otros recursos que nos direccionan al propósito como impulsor de la excelencia.
La bruma de información, contenidos a veces nos hace perder la brújula por dónde empezar a accionar para generar como Líderes condiciones que favorezcan el florecimiento individual y el de la cultura organizacional.
Para ello quiero compartirles un modelo simple pero poderoso que nos orienta a pensar sistemáticamente en tres condiciones para construir como arquitectos sociales, entornos para florecer y liberar potencial humano para la innovación, compromiso y productividad.
El Triángulo del Florecimiento
- Emociones positivas: son sentimientos subjetivos de placer que tenemos en momentos particulares, incluyen cosas como diversión, gratitud, orgullo, serenidad entre otros.
- Conexiones positivas: son momentos de interacción donde nos sentimos profundamente vivos, cuando interactuamos presencial o virtualmente, la manera en que experimentamos la conexión entre unos y otros hace emerger la mutualidad y el estar disponible para sostenernos para avanzar ante los desafíos.
- Sentido positivo: somos interpretadores activos de todo lo que nos rodea, el sentido positivo nos lleva a focalizarnos en el poder que tenemos si interpretamos con un lente, desde el valor o significado.
¿Cómo hacemos que el triángulo se traduzca en el día a día y abra todo tipo de posibilidades para cada uno y para las organizaciones en las que somos parte?
Pequeñas acciones en los tres focos generan grandes impactos:
. Decir gracias.
. Pedir perdón.
. Transformar los problemas en oportunidades, a través de preguntas orientadas al aprendizaje.
. Capturar momentos de experiencias de disfrute, bienestar.
. Promover el intercambio desde la contribución.
. Pedir ayuda, dar más que recibir.
. Presencia.
. Capitalización de las fortalezas.
. Predominio de lenguaje apreciativo, contenedor, auténtico y congruente.
. Comunicaciones más descriptivas que evaluativas y feedback continúo.
. Inspirar desde el propósito con sentido de comunidad.
. Promover el sentido del logro y celebrar.
Las prácticas sostenidas de algunas de estas propuestas tiene un efecto amplificador, hablamos de prácticas sostenidas porque está demostrado que se requiere de un esfuerzo consciente para focalizar y mirar con nuevos lentes, para pasar de una mirada de escasez, restricción a una mirada de abundancia y posibilidad. Y de poder florecer.
Algunos ejemplos que los líderes pueden co crear con sus equipos: diarios o tarjetas de gratitud, anillos de reciprocidad generando redes para dar y recibir…
Te invito a sumar más ejemplos, ¿te animás?
Betina Savich
Fundadora de La fábrica de valor. Es consultora, especializada en Programas relacionados a Procesos de Cambio Organizacional, Liderazgo, Trabajo en Equipo y Gestión del Clima, entre otros.